Gary Lineker es un ex futbolista sumamente reconocido. Supo brillar en la década de 1980, cuando se lo nombraba como uno de los mejores delanteros del mundo.
Comenzó su carrera en Leicester, donde se hizo tan conocido que tiempo después -previo pasaje por Liverpool- jugó en Barcelona. En esa época recibió el Balón de Plata, y una vez en Tottenham, obtuvo el de Bronce.
Lineker también supo defender a su selección, la inglesa, y de ahí viene su historia más conocida, la que hoy, mucho tiempo después del Mundial de Italia 1990, confesó como real.
Se enfrentaban a Irlanda, cuando el muchacho se sintió mal y defecó en pleno partido. La pregunta es obvia: ¿cómo se limpio? Y sí, con el césped, lo único que encontró a mano.
"Estaba mal en el entretiempo. Hubo un ataque por la banda izquierda, yo intenté sobrepasar al rival, me estiré y me relajé", le confesó a la BBC en una entrevista.
"Tuve la fortuna que había llovido la noche anterior, lo que me permitió hacer algo con eso, pero estaba sucio", bromeó. "Seguro que nunca antes había tenido tanto espacio en un partido como después de eso", añadió.
En ese partido, pero antes del incidente, Lineker anotó un gol. El cotejo terminó igualado 1-1.
Reply With Quote
