Los ciclos son cada vez más cortos. El Madrí del Caudillo maravilló el otro día al mundo con un fútbol majestuoso y un dominio del balón incontestable, pero todo ciclo victorioso (y este será recordado con gran gloria en los anales de la histeria blanca) se agota.
Se acabó el efecto Sidán.
Fin de ciclo.
Fué bonito mientras duró (un partido, logrando consolidar la tercera posición en liga) pero todo tiene su fin.